Periodista, pedagoga y madre de cuatro hijos, a María Ignacia Lewin siempre le interesaron los derechos de la infancia. En particular la educación.
La pandemia del Covid-19 fue algo que la afectó profundamente. Se dio cuenta de la dificultad que muchos niños tenían para estudiar y del aumento inminente de brecha educacional, y quiso hacer algo al respecto. Lo mismo le preocupaba a Jacinta de Andraca y Agustina Cox, dos universitarias con las que Ignacia había trabajado y que la contactaron porque querían hacer clases en línea a niños que necesitaran reforzamiento académico durante la crisis sanitaria.
La idea le pareció interesante y tuvo ganas de expandir ese proyecto. Así, a partir de reuniones nocturnas, generaron rápidamente un modelo que implicaba un link para que se inscribieran los niños o jóvenes que necesitaran refuerzo académico, y, en paralelo, otro link para que se inscribieran jóvenes y profesionales que tuvieran la disponibilidad de enseñar.
La iniciativa, denominada “Conectado Aprendo”, la hizo ganadora del Premio Mujer Impacta 2021 y en menos de un mes ya tenía a más de 100 alumnos en clasea de distintos lugares de Chile. “Partimos con 20 niños, 20 tutores. Terminamos el 2020 con más de 700 niños y en 2021 sobrepasamos los 1.300 niños y 1.300 tutores”, cuenta.